Arturo en la vida

Mientras recargaba la mirada en un punto lejano a la de los demás, el mundo transcurre.

El movimiento de la vida a su alrededor le resulta indiferente, asi como para todo lo que lo rodea él es invisible. Contrario a la esquela que decreta lo único de cada ser, se convierte en un ambivalente reflejo de la cotidianidad.

En su cuerpo se encuentra la tranquilidad de una estatua, de piedra se han vuelto sus emociones, se ha tornado así en un anarquista de la vida.

Renunciando a ésta permanece desde entonces , en medio del bullicio inmovil. Parece que hasta hoy nadie lo ha notado, ni siquiera él.