Rumbo a Torreón


En el día, después de olvidar dónde nos encontramos, es probable que escuchemos mas claro que antes, las sabias palabras del silencio.

El momento en que nuestros oídos sean sordos a la voz del temor, 
apreciaremos las cosas como son.

Cuando de nuestros ojos caiga el velo de la razón,
conciliaremos la vida en carne y nuestro corazón.