descubrieron su rostro,
las ramas secas
se despojaron
de sus grises capas
los ancianos
hicieron a un lado
su amargura amarilla,
los lobos guardaron silencio
mientras los gusanos abandonaron la tierra
por un momento
durante un segundo
los deseos de los niños haitianos
aparecieron ante sus ojos,
se detiene el mundo
para ver las sombras
de las estrellas fugaces
que suben
que se alejan de mis manos
para ofrecer
la ofrenda, para quien amo
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